Señor, no puedo dormir sin darte las gracias por las maravillas que me regalaste en este día. Te pido que ahora me permitas dormir tranquilo para mañana levantarme con todas las ganas y las fuerzas para continuar luchando y seguir adelante. Gracias porque nunca te olvidas de mí, gracias porque aunque camine mil desiertos en mi vida, siempre me estará esperando la tierra que le prometiste a tu pueblo.
Soy un afortunado, porque nunca me abandonas y siempre estás a mi lado, aunque cometa errores. Te entrego mi vida, los pensamientos y las acciones. Que seas Tú, manifestándote con poder. Te suplico que me ayudes a descansar, que me quites todo sentimiento de miedo, toda sensación de ansiedad y toda manifestación de pesimismo que haya en mi corazón.
Quiero estar en tus manos y dormir con tranquilidad para recuperar las energías gastadas en este día. Gracias por cuidarme mientras duermo, soy tuyo y en tus manos descanso plenamente. Y desde ya te doy gracias por el nuevo día de bendición que mañana tendré.
Amén.