Gracias mi Dios, porque nos regalaste a quienes son la luz del mundo que iluminan toda oscuridad en nuestras vidas. Dame la oportunidad de entender qué es lo mejor para mí y para los que amo. Aquí estoy delante de Ti deseoso de escucharte y de sentir que tu Palabra me cubre, me alimenta, me protege.
Vengo a tu presencia para ser sanado, para descansar y tener paz. Te suplico que en esta noche pueda sentir cómo tu amor me cuida y no permite que nada malo me suceda mientras descanso, que pueda saber que tu amor es eterno, grande y que no hay nada fuera de él.
Señor, ayúdame a hacer las cosas bien, que tu Palabra me haga entender lo que no está bien y que pueda actuar con la mejor actitud. Eres mi Dios y mi Señor y por eso estoy atento a Ti, tengo la certeza de que puedes ayudarme. Estoy seguro que con una palabra tuya bastará para sanarme y seguir adelante. Gracias por cada bendición, quita de mi mente todos los pensamientos negativos que pueda construir una vida sana y con esperanza. Dame tu Espíritu para que pueda ser luz en el mundo.
Creo firmemente que en este momento me haces distinto, por eso estoy aquí para pedirte que actúes en mí. No permitas que nada me aparte de Ti. Te suplico que cuides mis sueños y que me ayudes a pensar con mucha esperanza y optimismo, quiero levantarme mañana con todas las fuerzas necesarias para seguir luchando y dando lo mejor de mí. Ayúdame a reconocer mis cualidades, esos regalos que Tú me has dado para poder servir y, así ser luz en el mundo.
Amén.