Gracias Padre Dios, porque me muestras tu bondad, me llenas de tu Espíritu, me sostienes cuando flaquean mis fuerzas, me perdonas cuando fallo, me impulsas cuando estoy atascado, me formas cuando no se nada. Te amo con toda mi vida, porque sigues dándome la vida y espero que cuando llegue el amanecer pueda estar como ahora, con la certeza de que estas conmigo en cada momento y que todo es muestra de tu amor.
Hoy siento tu ternura enseñándome a actuar de una manera diferente, hoy quiero pedirte que me des amplitud de mente para aceptar y valorar a todos, aún siendo diferentes y hasta contrarios. Quiero que me enseñes a perdonar y a tratar con amor y misericordia a los otros.
Quiero que actúes en mi corazón llenándolo de tus sentimientos y de tu presencia para que pueda estar libre de todo mal sentimiento y pueda tratar bien a todos incluso a los que me roban la paz. Ayúdame a amar a todos, a responder bien al mal que me hacen y, sobre todo, ayúdame a orar por esos que actúan mal para que seas Tú quien los ayude a entender que ese no es el camino. Dame la posibilidad de expresarme con alegría y con claridad para que nadie se sienta maltratado por mis palabras ni se sientan ofendidos por mi comportamiento.
Quiero influir de manera positiva en los demás y liderarlos en la fe para que salgan adelante. Quiero ser capaz de decir la verdad pero que pueda hacerlo con inteligencia, sabiduría y asertividad. Quiero que ahora pronuncies tu palabra sobre mí, dame el “te amo” que es el motor de mis pasos, la fuerza de mi corazón, la cereza de mi historia, ámame como solo Tú puedes, que ahora en el silencio de la noche yo pueda decir que eres mi todo, que mi paraíso eres Tú, estar a tu lado, escucharte y dejarme abrazar por tu amor.
Amén.