Señor, que en este momento de intimidad de la noche me ayudes a descansar, no sólo el cuerpo sino también el corazón, que pueda sanar las heridas que hay en mi interior y que sea libre de todo aquello que me quiera robar la Paz, la felicidad, la concordia. Te pido que me regales un corazón dispuesto a descubrirte, unos oídos atentos, unos ojos despiertos, una mente y un corazón capaces de escuchar tu paso por la historia, por esta vida que vivo.
Gracias por tu protección, por tu luz, porque alumbras mi camino; porque me das tu paz, la tranquilidad que necesito, porque en Ti puedo descansar y descargar todo lo que pesa en el alma. Quiero tener fe para encontrarte, para hallarte presente en mi vida y no dejarme enceguecer por la sensación negativa que se produce cuando las cosas no salen como las he planeado.
Dame la posibilidad de ver con tus ojos, porque así puedo entender que a pesar de las situaciones difíciles Tú estás enseñándome a ser feliz, llenándome con tu bendición, para entender que aún en la circunstancia más adversa estás presente para tomarme entre tus manos y protegerme. Esta noche puedo acostarme confiado y dormir en paz, porque estoy seguro de que cuidarás mis sueños.
Amén.