Señor, gracias por este momento de paz y serenidad que me permites vivir al iniciar el día. Te pido que venga sobre mi vida tu serenidad, tu tranquila bendición, tu fortaleza para llenar mi debilidad. Ven, Señor, que te necesito, ven que eres Tú la fuerza que falta en medio de mi debilidad. Ven que necesito tu luz en medio de las oscuridades de la existencia, en todos los valles tenebrosos que debo ir atravesando en este camino de mi vida.
Ven ahora sobre mi vida para que me llenes, me consagres, para que se cumpla tu promesa de bendición en mí. Qué grande eres, qué bueno eres por escucharme a pesar de todas mis fallas, de mis pecados, de mis faltas contra Ti. Te pido que me hagas sentir tu presencia, que me tomes en tus manos y me aprietes contra tu pecho.
Te pido que me llenes de tu alegría y de tu gozo para poder compartirlo con todos aquellos con los que me voy a encontrar. Dame la posibilidad de comprender que todos necesitan una sonrisa. No quiero ser un amargado que ve pasar la vida, quiero ser un creyente que, sabiendo que Tú lo amas, da lo mejor de sí para que todos puedan ser felices. Gracias por este nuevo día.
Amén.