Señor, no hay noche oscura para los que en Ti esperan, por eso no temo nada de lo que deba enfrentar, porque Tú estás siempre conmigo. Tú eres mi consuelo en todas mis luchas y me das fuerzas para sacar adelante todo lo que me propongo. Contigo a mi lado, con tu Espíritu como escudo y tu palabra como espada, podré hacerle frente a toda dificultad, ganar a cualquier problema, enfrentar cualquier enemigo. No te vayas de mí, quédate siempre conmigo, toma mi ser en tus manos porque nada soy si me faltas.
Perdona la flaqueza de mi Espíritu, mis debilidades, mi falta de convicción, mis dudas, mis miedos y mis temores. Dame el valor para soportar las pruebas, dame la fuerza de tu Espíritu para no desfallecer frente a la adversidad, para no dejarme caer, para no dejarme vencer por las circunstancias duras. Quiero buscarte en medio de mis luchas y tener el valor para seguirte cuando me impongas retos duros. Quiero que me hagas necesitarte con tal fuerza que sienta que mi vida está en peligro si no te tengo.
Estoy seguro que con el descanso que voy a tomar tendré nuevas fuerzas para levantarme mañana con los ánimos necesarios. Gracias por estar en mi vida, te revelas con poder y me muestras tu amor en cada una de las situaciones que estoy experimentando. Eres bueno conmigo, no me tratas como merecen mis pecados, sino que me perdonas porque soy una creación tuya. Guárdame de todo peligro, ayúdame a dormir feliz en tus brazos.
Amén.